Mis manos tiemblan,
mi cuerpo siente el miedo
de la soledad que avanza
a mi pecho dolorido,
mi mente divaga
en sin fines de formas de morir o
de escapar, de sumergirse
en un silencio infinito,
donde quiera que dirija mi vista
veo la sombra fúnebre siguiéndome,
trato de comprender,
pero tengo una manera equivoca
a las palabras sin sentido que dibujan
el sendero pedregoso por el cual deambulo.
¡Y tú! Y tú me haces culpable de las causas
Que acarrean nuestro desamor.
¡Si!....., soy culpable y lo asumo
Culpable, culpable por amarte
Culpable por amar los tuyos,
Culpable por amar los nuestros,
Culpable por amar los míos,
Culpable por no entenderte,
Culpable por callar,
cuando a gritos mi alma
dice que se esta quebrajando,
para que hablar, si vanas serán las palabras
que nunca intentaras comprender,
cuando te pones en el capricho de ser tu,
quien solo tiene la razón,
y todo lo demás es blasfemia a tus oídos.
¡Muerte!.....muerte al soberano estorbo
en tu camino,
destierro al estùpido imbècil,
cadena perpetua a mis manos que no han dejado
de temblar,
guillotina para mi lengua muda.
Y si no bastase dale la hoguera a mi brujo sueño,
Que mi cuerpo se desvanezca
En polvo o cenizas,
Pero que mi sangre no manche tus manos
Por que ya no podré asumir
Que también soy culpable.
Aunque culpable mañana me quieras hacer,
Cuando no comprendas mi partida.
Néstor Cristian