LA MUERTE DEL POETA
La tierra reclamó sus huesos
para abonar en él su suelo,
el mar sediento se bebió sus lágrimas
y las llevó hacia horizontes nuevos,
el cielo le robó su espíritu
para que el viento al soplar cantara,
la luna secuestró sus ojos
para mirarse en su tierna mirada.
Las estrellas tomaron su brillo
para al caer la noche lucir bellas,
la noche se llevó su sombra
ennegreciendo así su piel morena,
su piel se la mudó el firmamento
para sentir/ la brisa que él sentía,
su brisa se quedó en el aire
y ahora en céfiros va llevando vida.
El alba le quitó su luz
y ahora fulge con más esplendor,
su beso robó la mañana
y besa al día con dulce pasión,
el día tomó de sus horas
para alegrarse así en su verso azul ,
la tarde con su sol que dora
tomó de él/ su resplandor de tul.
Cuando el ocaso de su vida vino
el expedía un olor fragante,
olor de paz que flota en los jardines
que deja un dejo de ternura afable.
Toda su esencia la vertió en el éter,
su colorido en el ambiente está,
su música y su bello trino
a la natura los quiso prestar,
ahora las aves llevan su poesía,
los peces beben/ de sus lágrimas,
y los cuadrúpedos/ mamíferos del suelo…
comen su alma que en las plantas va.
En alazán de fuego se escapó el poeta
para surcar así la eternidad,
su corazón se le apagó en la vida
mas en la muerte palpitando ira.
Pero no en todos se quedó un vacío,
su esencia ahora/ fluye por el mar,
camina y palpa tierra bendecida,
en todo el cielo se oye un recital,
el viento con la luna danzan juntos,
las estrellas y la noche inspiran más,
el firmamento en su aire se ve lindo,
el alba y la mañana hermosas van,
el día con su tarde al sol sonríe,
y al momento del ocaso se puede vislumbrar
allá en el horizonte… en alazán de fuego
al poeta que en su muerte vivo está…
y vive en los colores de la vida,
en la natura con su verso va…
cabalgando el universo eternamente,
en un sueño que se hizo realidad.
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