Aprendamos de los átomos
especialmente de los metálicos
que no se aferran de sus electrones
como de sus pertenencias los humanos.
Por sus electrones débilmente ligados
se desprenden de sus átomos
danzando por otros rumbos;
de órbital en órbital paseando.
Aprendamos de los átomos
especialmente de los metálicos
que no se aferran de sus electrones
como del amor, en ocasiones los humanos.
Gracias a esta cualidad
este flujo continuo provoca
la mas exquisita conductividad
y la danza electronica que invoca.