Entre el atardecer y la noche,
cuando el día entorna sus ojos,
tus letras son lluvia de otoño.
Me dejo amarar por ellas
y besan mis labios con sabor a ti,
mientras gozo de este dulce vivir.
Entre el atardecer y la noche
la calma se viste de risueña dama
y viene conmigo a despertar el alba.
12 de octubre de 2011
Pau Fleta