David Goya

madre (David Goya) palestina

Madre: tú que tu juventud diste;

          ¡cuántos años que disfrutar pudiste!...

          brindaste tu corazón colosal,

          por hacernos de bien, y librarnos del mal.

 

          Madre : corazón de atalaya;

          cuantas horas has pasado en penumbra,

          cuidando los pasos por donde vaya;

          en esas horas de sueño en que te deslumbras.

 

          Madre: tal vez no seas ejemplar,

          pero tratas de llevarnos al buen camino;

          eso lo hace quien sabe amar,

          quien quiere para los suyos un buen destino.

 

          Madre: nunca nadie amara como tú.

          ni sabrá soportar lo que tu sufriste,

          tienes un alma noble y llena de virtud,

          que en sacrificio por mi pusiste.

 

          Madre: nunca pagar podría,

          todo aquel sacrificio que por mi hiciste;

          una última cosa pediría…,

          ¡no quiero verte jamás triste!...