Dulce tormento que asolas mi corazón,
fuiste tu mi dulce y amarga tentación;
quien fuerte impulso le dio a mi pluma
y quien enterró mis cenizas en la urna
de la implacable y amarga soledad,
cual luna que esconde la tempestad
bajo nubarrones grises y amargos
creando negros parajes desolados;
y espero que soplen nuevos vientos
que calmen y curen los sentimientos.