Sin desfallecer pienso ir hasta el final de la línea de la fe
sin dejar que tu recuerdo ancle en ese nuevo cielo.
Sé que tendré que batirme con la lluvia
que se desgrana en ciclón de fuego sobre el alma
pero no me dejaré amedrentar por el presentimiento.
La certeza la tengo en que sin temer a la muerte te amé
y en cada mañana te inventaba nueva
para pintar el horizonte con el pincel de tu ambrosía
y darle un cielo lleno de flores a mi dicha.
Ahora que te refugias en el espejo frío de la reminiscencia
la duda me impide abrazar a otra mujer
con la misma fe con que a ti llegué.
Pero soy de los que olvidan
y creen en la corona del perdón.
El corazón me dice que en otros labios
las abejas pueden fabricar la miel.
Efraín Gutiérrez Zambrano