Me encanta tu mirada,
que me alumbra cual faro
en las frías mañanas en que me amparo,
entre la húmeda neblina que surge de la nada.
Luces,
que van más allá de la tarde esperada,
por los caminos de la noche,
y amorosas bajo la luna en derroche,
y felices cuando brillas en la aurora inspirada.
Luces del camino mío.