El yoyo sube y baja
tirado por una cuerda
por eso es que se le extraña
y siempre se le recuerda.
Juguetico revoltoso
que subes y vuelves a bajar,
tú jugaste con nosotros
en ese eterno girar.
Enrollarte muy fácil fue
y desenrollarte también,
la vida como lo ves
es un hermoso vaivén.
Alejandro J. Díaz Valero