La lúgubre noche,
Con sus compases de espanto
Y sus silencios
Al ritmo del llanto.
Las estrellas se han ido
Detrás de aquellos sueños negros
De los amantes sin consuelo.
La luna,
Ha muerto en manos
De aquellas almas rotas
Que se refugian
En lo amargo del recuerdo.
Solo queda aquella
Estrella fugaz,
A quien confiamos deseos,
Que desvanecen
En lo infinito del vacío.
Ese palpitar,
Que cada vez se hace más lento,
Esas ganas de amar
Lo prohibido.
Estas letras sin sentido,
Este sueño de tenerte,
Esta desesperanza
De volver a verte.
Esta soledad que nos envuelve,
Este silencio que me aturde,
Estas caricias que son solo tuyas
Y estos labios que se embriagan
Con tu ausencia.