Que felices que éramos,
el complemento
del otro llegamos a ser
y cuando nos amábamos
era nuestra cama
testigo de mil batallas,
solo había que mirarnos
para saber
que nuestros cuerpos
estaban dispuestos,
nuestros poros abiertos
para recibir del otro,
las yemas de sus dedos.
Y luego, que paso?
quizá, no haya explicación,
simplemente así sucedió,
al despertar
no había nada y nadie
a mi diestra y sentí de pronto
gran angustia al entender
que te habías ido,
- que me habías dejado-
eso es mas triste.
Ni un mensaje
ni una seña
ni un indicio
estuve a punto
de perder el juicio
por no saber de ti,
a Dios le consta que,
sin parar, te busque.
No evite buscar
retrospectivamente
la razón de tu partida.
Pero si éramos,
Éramos?
ya no somos?
Ya no eres,
porque yo aun soy
porque yo aun estoy
en tu espera
ahogándome en mis ansias
sin saber
donde andarás
no me importa con quien
porque aun así te amaré.
Es mas difícil en esta situación
hallar olvido
al saberte
simplemente
fugitivo