Ella
Era como un pájaro,
etérea, migratoria.
Creaba la ilusión
de un nido permanente.
La salvó su imaginación
de una existencia trivial.
Creía que podía,
ver en la oscuridad
del alma
y que podía desviar
las desgracias humanas.
Al final, concluyó
que la vida
no tiene finalidad
No te lleva a ninguna parte.
Solo hay que vivirla,
nomás.
Maris Madrid
Poema registrado