Para leerte
hace mucho
que cerré
los ojos,
con el corazón
adivino
tu mirada
posada
en la mía.
Hace tiempo
que acaricio
tus letras
como si fueran
tus pies
desnudos.
Con el filo
curvo de mi labio
las he puesto
en mi pecho
en mi hombro
y he caminado
con ellas
a la luz
de la luna
para
descubrir
tu nombre.