Sentí en esta clara mañana, la necesidad
De escribirte querida madre mía;
Te escribo con tinta azul de melancolía,
Desde la palidez de tu propia belleza;
Vive mi alma enferma de tanta tristeza.
Hoy, le he hecho un alto a mi ligera vida,
Y con el viento me he puesto a parlar;
Tus batallas heroica desafiando a la vida,
Con maravillosa majestad, echaste a andar.
Hoy, le he hecho un alto a mi ligera vida;
Vuelve tu recuerdo con claridad vivida,
Recuerdo mi infancia tranquila y amena,
Pero hoy del cielo me llega esta pena.
Hoy, que la muerte se ha hecho presente,
Lúgubre y sombría, no la puedo ignorar;
Mi madre baja al sepulcro; estará ausente,
Viaja hacia el infinito; con rosas coronar.
Hoy, que mi existencia se viste de orfandad,
Se hacen presentes mil visiones de soledad;
Recordando mí fugaz infancia con humildad,
Llegan a mi, tibias manos llenas de hermandad.