Llora el calor por tu piel,
con lágrimas saladas,
gotas moribundas
que brotan asfixiadas en tropel,
de la morena y bien formada
con lo que cubre su bien,
de la blanca y bien llevada
con lo que eleva su sien.
Llora el calor por tu piel,
por las montañas de tu cuerpo,
por los valles de tus besos,
por la ilusión de un amor.