Concurrimos
solo un instante
un puente azul nos acercó
D i s t a n c i a,
y los ojos se nos hicieron mas grandes
y nos vimos algo cerca
casi horizonte…
Descubrimos dos patios
y en sus latidos vimos
que las parras estaban plenas
y nos dieron sus uvas,
allá verdes y aquí moradas
en pequeños racimos
de vida.
Fuimos como dos ciudades,
sencillas ciudades
con sus tardes,
sus calles,
sus paredes,
sus relojes y claveles,
sus parches
y hasta con sus sombras
tan sombrías,
y hacia el mar
una pendiente frágil
nos declaró huérfanos
de corazón y tinta
un momento
tan de prisa cuesta abajo
o demasiado cuesta arriba
entonces supimos parecernos
a casi todos,
MUDOS,
sin imaginación
nos miramos de espalda,
amamos indiscriminadamente
a la nada,
brindamos por la nostalgia
con vasos llenos de arte,
recuerdos sin humor,
mojados por dentro
nos conformamos
y allí empezamos a morir
de a poco
escapando por esta realidad
tan vana
que aquel puente azul
jamás hubiera querido.
"¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico." Rayuela - Julio Cortázar.