Como el agua de mar
en su profundidad,
creía ahogarse aquel día,
entre pasos hacia abajo
en su fuerza le hundía,
señalando la agonía
que no entendía...
Desde arriba
como cuerda de puerto
apareció a su lado,
para salir a flote,
agarrándose fuerte
hacia la orilla,
que en su reflejo
de agua y sol,
le recordaba,
que no hay fuerza
mayor para salvarse,
que la de adentro
empuja de amor...
Por aquellos que nos aman
y amamos en su enlace
que une de amor,
para siempre salvarnos,
de todo naufragio
de tierra y mar...