Nadie ha podido dominarme,
pese a las cadenas que forman mis brazos,
pese a los grillos que cantan en los muros,
pese a las puertas y ventanas clausuradas.
La mejor prueba eres tú…
Si alguien te pregunta el porqué…
¡No lo dudes!
Enséñale estas líneas escritas con luz
del pincel que pinta la noche .
Y si aún te condenan los jueces de Cronos
por afirmar sin temores la verdad,
viendo las cenizas de mis huesos,
pídeles como último deseo
que te manden a mi celda oscura
para que la ilumines con tu rostro
de flor primaveral.
Efraín Gutiérrez Zambrano