Mis besos, que se ofrecieron,
cual reos de tus mordidas,
fueron pasiones perdidas,
que sin cariño, murieron.
Ósculos que se encendieron
para morir en la hoguera,
fugaz ilusión primera
donde forjé mi ilusión;
herida del corazón,
cual sequía en primavera.
Y cuantas veces me fluí
a la cama disfrutando
de ese beso que soñando
solo existía por ti.
Muchacha, te desvestí
con mis incorpóreos besos
y aquellos rasgos ilesos
de tu cuerpo seductor,
no supieron del candor;
de aquel sentimiento preso.