Caminando por la calle del olvido
bajo un cielo gris
disfrazado de nerviosismo te conocí
llevandome una gran sorpresa.
Pues sin conocerte te abri mi corazón
para que pudieras entrar,
deseaba alojarte en lo mas seguro de mi ser
y ofrecerte cobijas y té para mitigar
el frio de tu alma.
Entraste en mi corazón
como un rayo de luz, que ilumino todo mi ser,
Pero al pasar de la primera nube gris
desapareciste dejando todo en
absoluta obscuridad.
Hoy comprendi que tu pasar era solamente
fugaz, que tu intensión no era quedarte a mi lado.
Mas te agradesco por darme un poco
de felicidad.