La solitaria noche se escondía
entre la profusa arboleda,
la brisa acariciaba las hojas sueltas
que buscaban el destino conjurado
Con su maravillosa luz naranja
tornada hacia el blanco puro,
la luna se entregaba a la noctambula
entre ellas, las nubes se abrazaban a tu alma
Anidado entre mis hojas de papel gastado
sentí que las palabras fluían hacia tu ahora,
colapsado por tu imagen etérea en el eclipse,
desnudé mi pasión bajo el imponente plenilunio
Las ventanas empañaron el instante
pude sentirte más allá de la distancia
tus manos cálidas surcaban mi pecho expandido
las mías se entibiaban en tus hombros desnudos
Colmado de fragancias silvestres
nuestras pieles se llenaron de aromas,
los labios se encontraron con el sabor del deseo
entremezclado con frescas cerezas
Sin poder detenernos,
tu geografía se ondulaba en mi cuerpo,
la mágica energía se embebió
de la innegable sinergia acontecida
el amanecer se adueño
de los rayos tibios de un sol cómplice
nuestras almas encontradas
se adueñaron sin olvidos de lo inolvidable