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V
Sostener un segundo la respiraciónY exhalar un suspiro de lamentaciónMas ese segundo es de salvaciónEs una anestesia para el corazón Cuando oprimido angustioso no deja respirarY regocijado en sollozo no deja de flagelarLa mente entonces empieza a divagarLa razón de la desdicha no deja de buscar La locura conduce al cuerpo a la perdiciónDe los adentros sacar el lastimado corazónLanzarlo al vacio, a su propia destrucciónY olvidarse de todo tipo de sensación Por la arena movediza dejarse llevarTal vez nos lleve a un mejor lugarO tal vez conduzca a más llorarEntonces ¿Cuándo vamos a descansar? En vida material esa satisfacciónEsta dada por la simple acciónDe sostener un segundo la respiraciónY después que importa la lamentación