Si pudiera del cielo bajar una estrella,
te haría un ramillete de luz mañanera,
para que en mi ausencia sombras no tuvieras
con luces que brillen y den noches bellas.
También si pudiera, yo las movería;
cambiar su distancia y su posición,
haría tu silueta de constelación,
para guiar mis pasos en mi travesía.
Esa es mi añoranza y mi fantasía,
esa es mi esperanza en mundos paganos;
tus ojos me miran en sueños lejanos,
y un recuerdo tierno suple mi apatía.
Al pasar el día: la noche estrellada
delira en mi mente tu imagen hermosa,
tu mirada triste se muestra piadosa;
me abrazas, me besas, mimosa y callada.