(esperar 16 segundos de la música para leer el poema)
Una tarde soleada de Abril
donde el trinar de los pájaros
hacían vuelo surcando este cielo
adornaba plenamente el momento.
La calidez viviente del jardín
me hizo recordar a tus cántaros
llenos de felicidad y amor pleno
demostrando que eres y serás eso.
Inquieto me ubiqué sin desliz
sobre este manto verde añejado
denominador del parque completo
rodeando con su trono nuestro reino.
Mariposas salían y panza feliz
sumaron a tu belleza lo deseado
para dibujar con magia de tu beso
sobre mi ser calmo al vívido deseo.
Desbordaba emoción en el tapiz
por flora danzante con mis saltos;
imposible quedarme por ella quieto
si a cada segundo me hacía su dueño.
Supe solo era el principio sin fin
cuando me miró fija sin sobresalto;
entonces supe esa tarde haría sueño
lo que empezó simple para ser eterno.
Vito Angeli