Una tarde de circo
que yo disfrutaba
vi un monociclo
que alguien manejaba.
Una sola rueda
con sus dos pedales,
yo no sé si pueda
también manejarle.
Tengo que admitirlo
que fue de mi agrado
porque su equilibrio
me dejó asombrado.
Un payaso alegre
fue el gran favorito
pedaleando siempre
sobre un monociclo.
Alejandro J. Díaz Valero