1- ES POSIBLI
Puede ser...
Que a través de tus párpados cerrados
lea la palabra te amo
y en tus cejas pobladoras del cielo
halle la altura de la voz amada requerida
Pero es tu frente abierta
la que esclaviza mi suspiro y
que incita la dulzura de mis
derramados dedos/
Loco vuelo por el aire
y bajo a tu dormida de vientre.
Me inclino a tu espalda doncella
para hallar el hueco de tu adelante.
Puede ser que halle en tus retinas
mi imagen anclada en tus condecorados cristalinos.
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2- PERLAS
Rapto tu figura
ardiendo en la leña
que el humo disipaba
en su entrada de ventana/
Tiño tus colores de sombrío agosto
donde la lluvia descargaba su pesadumbre/
Me inclino a tus ojos de cielo
para besar las nubes en secreto/
¡Paloma mia nocturna!
Escucho el tronar de tus alas
en tu silbido de existencia/
Ciego vuelo
en dos copas plenas que regresan
a mis párpados con respuesta/
Al rescate armo mis venas
y llevo tu indicio de alma liberada/
Me basta una pequeña mueca tuya
para conquistar mi mirada...
Acercas tu boca de gloria
y al bajar mis hombros
a tus pechos de hembra,
los labios de alborozo.
andan al roce tus areolas alunadas,
me deleito en sus mínimos huecos,
en liturgia poso una perla en tus cerezos
y los rodeo con la forma del Rosario/
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3- LA CANCION COMPAÑERA
Me bastan tus sienes en espera y la espesura de tu pelo para poblar la tierra.
De una hebra nace la semilla fecunda y de tu vientre florece el germen.
El tiempo agita el reloj cuando en la senda el recuerdo avanza. Hora de partir.
Un adiós en espera con limite, en el pañuelo de la nube se despide.
La prisa del mar enfurecido se frena y en la cresta de la ola se trepan las aves
a picotear uvas en tus manos. Del cerro y tu campanario huyen las bestias en manada.
De tumbo en tumbo me golpea el anhelo de crearte una nube de sueños e
incrustar la felicidad en tu tierra, como días azules de mares cristalinos.
Me doblo de golpe para encontrar tu paso y me suelto al vacío,
a la caída de algodón en tu corazón, me guía tu mirada de azul océano.
A tu boca las sales me arden en los labios a la hora del crisantemo.
Tu mirada, verduga asesina de mis ojos, me clava el puñal de los besos eternos.
De ti voy al secuestro. Con mis manos de barro y mis pies de arena,
de mis hombros despliego el velo dorado, con el que cubro tu rapto.
Del cementerio de los besos con espinas al cielo de tu piel y la mia.
Tu risa tapia mi oquedad de ávido sonámbulo tras el cielo y el rayo.
La oscura y densa noche me sombrean la espalda en tatuaje y
no me pinto el ocaso. Rejuvenecí al alba, con tus besos en aspa rondando.
¡ Oh, compañera mujer ¡ La tarde se apaga calma y se tuerce el arco al cenit.
¡ El limite de tu ternura lo ignoro. El confín del placer lo he saboreado ¡