Un instante fue suficiente
para acallar mi razón
y entretejer una ilusión
con las letras de un verso
que llamó mi atención.
Fue una visión
que deslumbró a mi mirada
y dejó a mi piel entusiasmada
añorando el momento
de atesorarla en mis sábanas.
Y el encanto se hizo eterno
el poeta de mis sueños
me ha robado el alma
y mis versos.