Eres mi rosa; tus pétalos me hacen bien:
Tu perfume penetra en mi ser
Y se funde, denso y caliginoso,
En la quietud de mi alma.
Tu tallo perfecto es;
Todo ceñido de exquisitez,
por el Creador acompasada.
Tu néctar.... delicado néctar,
Cual ambrosía, me hace enloquecer.
De él me sustento en la distancia,
Es él mi alimento, mi maná,
Mi locura y mi necesidad....
Tantos universos de mi vida por ti conquistados
Y mi ser yace, sin ti, desamparado.
Ven, amada mía, dale sosiego a mi alma
Que te espera como la tierra a la lluvia,
Como mi noche a tu mañana,
Como la flor a la primavera,
Como mi tormenta a tu dulce calma.