julio de guernica

Prisionero

En la cárcel divina de tus ojos,

prisionero del sol de tu mirada;

con el alma a tus pies; encadenada

al dulce atardecer de tu sonrojo.

 

Porque tu amor ha echado los cerrojos,

que tienen a mi alma aherrojada;

sujeta a tu sonrisa, y condenada,

al fuego eterno de tus labios rojos.

 

Allí estoy para siempre sometido,

a la locura de quererte tanto;

a la magia sublime de tu encanto,

 

al cielo en tus pupilas encendido;

al perfume que ensalma mis quebrantos,

y a la gloria de haberte conocido...