POEMAS DE UN PRINCIPIANTE -colección de poemas viejos-
Las muchachas señoritas…
Las muchachas señoritas
son como la flor primera
que crecen en primavera
en doradas mañanitas,
y así como son bonitas
con su juventud florida,
de larga y eterna vida
brillan como nieve pura
y se iguala su blancura
a la estrella enaltecida.
Que preciosa Virginia…
Que preciosa Virginia
cuando viste de fortuna
hermosa como una luna
con su testa que ahumea,
mientras su lumbre blanquea
en la luz tornasolada,
que el sol le brinda a su amada
que es una rubia retinta
en la cual el cielo pinta
una noche enmarañada.
No le temo al silencio…
No le temo al silencio
le decía a la muerte
aunque tema callarme
mis palabras silentes,
dormiré bajo el cieno
con el alma errática,
el viento será mi voz
y la soledad mi cantar,
así pasare los siglos
y toda la eternidad.
Lagrima de agua… (rima)
Agitada en el nimbo se evapora
confinándose en átomos de viento,
succionada por el ardor del suelo
fecunda al cielo es…
Encumbrada en lo alto ella truena
la tonada del héroe del silencio
musitando la música de Orfeo
sus manos se deslizan…
Sobre el claro plafón del universo
asistida en la languidez del tiempo
donde un mimo desciende con su vuelo
de aliento y calidez…
No me mires mujer desanimada…
No me mires mujer desanimada
con esos ojos tristes sin verdor,
ni suspires tus aromas destiladas
al olvido de un amargo corazón.
No me muestres tu sonrisa mal fingida
ni esa cara careciente de color,
no hay excusas para estar tan aburrida
ni tener plasmado el rostro de dolor.
Ven sonríe, ponle arrugas a tu cara…
ven despierta, ve la luz de la mañana…
ponte alegre y resplandece en tus miradas…
pues el sol, está tocando a tu ventana.
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