Me seducen
las cosas que no comprendo,
por eso busco
entre espejos rotos,
antiguos rostros.
Me gusta rondar
por el malecón,
y escuchar a las olas,
estrellarse
contra las piedras.
Me hundo entre la arenilla
para que me narre,
todas sus historias viejas.
Me gusta,
que el sol
me vista por completo.
Me gusta caminar
por la orilla de la playa,
contemplando a las palmeras,
ser agitadas por el viento.
Me gusta cuando cae la tarde,
sentado
en la blanca arena
y ver como desciende
el sol en el infinito,
hasta que me cubra
el ocaso,
para luego irme a descansar
y vuelva en el sosiego de mi cuarto,
a pensar en ella.