Los pétalos de aquella rosa, yacen inertes,
esparcidos en mi alma…
Aquel perfume encantador, aun perturba mis
recuerdos,
Con la tersura de tus palabras que se tornan
despiadadas,
Aniquilando con perversa sevicia, todos mis
anhelos…
Y, en esta distancia que nos devora y ahoga en
quimeras,
Los hilos de mis pensamientos se entretejen en ti…
Sintiendo tu olvido retorcido y frio, que de a poco
me quema,
Dibujando la cruda realidad que en mi corazón
presentí…
Pero… porque quererte así, Como explicar que te
amo?
Mientras tu ya me has olvidado envuelto en
tantos sueños,
Que guardaste en las ruedas de tiempos pasados…
Y que hoy quedan errantes, huérfanos y sin dueño…
Esparcidos en mi alma, los pétalos de este
amor,
sus
espinas punzan y laceran en mi corazón.
Destinándome a amarte con el sabor del intenso
dolor,
Desafiando entre candilejas a mi torpe razón…
ISRAEL CARE
(Derechos Reservados)