esas pisadas que ves en la arena
era cuando yo te cargaba en mis brazos...
Desperté sedienta de otros horizontes
expulsé las melodías latentes
hasta convertirlas en ecos lejanos
Despotriqué contra el amor y la vida
cerré los espacios de amigos
clausuré las ventanas del alma
Caminé por acantilados de furia
por cielos oscuros de desesperanza
la rosa de los vientos solo era una fábula
la brújula marcaba el norte
pero mis pasos se guiaban por la nada
Viajé por despechos, soledades amargas,
la distancia vacía de Fe callaba indiferente.
Los días, los años, que más dá,
todo es igual cuando el dolor se agiganta.
Caminé desiertos y absurdos espejismos
hasta llegar a su playa
Me mostró sus heridas, sus marcas,
curó mis pies cansados... sació mi sed,
me dibujó una cruz vacía en el horizonte, en la arena escribió mi nombre
Nunca estuviste sola en esta caminata.