Soy tu discìpula, porque aprendì de tus discursos,
mi querido Albertito, cuànto me hiciste soñar!
casi treinta años de mi vida! Hoy cierro los ojos,
me veo adolescente, expectante, inmersa en el coloquio,
acompañada de mis cuadernos de escritura, tuya!
abnegadamente tuya, adivinando la consumaciòn de esos encuentros!
Tu Rolando Rivas, tu taxista elegido para la historia màs laureada,
Tu Micaela Mansi, esa alumna pispireta, enamorada de su profesor,
Mi hombre sin noche, ese convicto que se enamorò perdidamente de su dama,
Pobre diabla, en la encrucijada de un amor, casi prohibido!
Cuàntos años esperando los viernes para escuchar: Esta es la historia de...
Alberto Migre,
por esa voz tan bien elegida!
Hoy estoy aquì, recordando el dìa que llorè como una niña de cuarenta y pico de años, cuando Dios te llevò tan lejos de los que te amamos!
Soy la hija de la vida que no tuviste, soy tu migreriana, Papà Migre!