"De la nada escribo este poema,/ de una realidad que se me escapa,/ de un planeta fuera del sistema,/ de un país que no está en el mapa".
A veces me siento como un árbol, resistente,
con un tronco que soporta muchas inclemencias,
tratando de tener tranquilidad en mi mente
y que la mía no sea la peor de las conciencias.
En ocasiones soy como un árbol que se resiste
a que el tiempo y la vida lo abatan sin piedad,
aunque doy frutos y mucha sombra estoy triste
y nadie conoce nunca de un árbol su verdad.
Parezco en ciertos días un árbol de los viejos,
que parece que perdió su verdor y hasta su gusto,
un árbol que es grande y sin embargo a lo lejos,
a más de uno puede parecerle un simple arbusto.
Me siento como un árbol con unas fuertes ramas,
muy capaces de sostenerme en cualquier caída,
no de cuidarme de quienes se creen amos y amas
de lo que puede significar mi muerte o mi vida.
Soy como un árbol que simplemente, se niega a caer,
doy mis frutos y a quien me busca logro hacer feliz,
no es fácil, quiero que sepan, hacerme desfallecer,
pues la fuerza de la que presumo me viene de la raíz.
Pero a veces me harto como la gente que se harta
y es posible que aún estando de pie me obstine...
Es entonces cuando puede caer un rayo que me parta
o solamente un perro que se acerque... y me orine.