En el párpado crepuscular del horizonte
se entretiene rojizo unos momentos.
Los pájaros aquietan sus alas y enmudecen los trinos.
Ronda algo así, como un vacío entre insomnios de insectos.
Se derrama, tal vez, un aguacero.
Se deshuda en la sombra para entregarse a las bonddades de la luna.
Toma distancia, se oculta
y se deleita en el sueño o inventa pesadillas
Al tiempo un cántico desde lejos lo reclama
De luz un destello lo provoca iridiscente y profano
Destiende sus oscuras vestiduras
y lava su cara de silencio... se hizo un nuevo día