Entre las brisas de invierno se escucha un tenue musitar
El sol se encuentra más distante que nunca, oculto frente a sus ojos, y la piel que pide su calor
Dos personas duermen bajo un árbol helado, espalda a espalda, distintas direcciones llevan tatuadas en sus almas
Bajo un cielo inmenso, son solo dos personas anhelando una intima fantasía
Las hojas caen y entre su baile de gravedad al suelo, dibujan sus sentimientos callados
Al caer, suave murmullo del latir de un corazón, que desconoce su futuro…
Comienza una historia de aquellas que deben no ser mencionadas
Una canción a lo lejano suena, siempre en la misma dirección, siempre acompañada con un agrio aroma a desolación…
A lo lejos se puede deslumbrar un lago… en él, reflejos de viejos recuerdos llevados al presente
Cuando eran jóvenes se confesaron su amor, se dijeron que se amaban más allá de cualquier realidad
Ignorantes y felices de la mano pasaron juntos los años
Mas la duda, la sátira en sus corazones siempre supo lo que realmente pasaría
Parecería una cruel broma, cosas del destino, misma sensación como la primera vez que se conoce el aire caliente entrando por sus pulmones al nacer
Mismo sentimiento que le hace preguntarse todas las noches antes de dormir
¿Podre despertar y esperar escuchar tu voz entre el cantar de las aves del parque?
A veces se encuentran pensando en aquel viejo recuerdo, grabado con tal excitación sobre el tronco del árbol que siempre frecuentaron
En ellas las iníciales de un amor, de sus corazones hicieron palabras cinceladas con eterna pasión
Deseos íntimos que deben permanecer en prohibido silencio
Deseos que desnudaron sus corazones y cuerpos ante sus inquietas miradas
Y en aquel latir armonioso y en compas de las hojas cayendo
Recuerdo…
Si… son solo recuerdos…