Con tu cuerpo de sustancia transparente
extendido hasta el límite de mis labios
desbordas todos mi días
que se pueblan en el deseo más profundo
y se arremeten como tu piel se arremete
por las mismas orillas de mis dedos
Como un puñal de metal celeste,
tú, si tú,
te me clavas en el pecho,
en el mismo cuerpo que se rinde en tu voz
Inmóvil percibo las palomas de tus pasos.
Tus sueños se queman en mis ansias
y cada estimulo se transita oscuro
mientras se precede el tiempo a tú lado
y a tu lado me levantas la soledad
como una espada entre indefensos
Oh dueña del mismo amor
ese sonido de tu respiración
que se arroja a mi alma
de vez en cuando haciende a la boca
y es en un segundo verdad y final.