Cuando pienso en ti, mi amor, me convierto en la arista del mágico amanecer
y entro en el bosque donde las crisálidas sueñan con la libertad del viento
y me siento como el agua que se deja abrazar del círculo de fuego
y me hechiza el asombro de la lágrima ante la súbita aparición de la alegría
y tu risa me transporta en la música que modula la pasión con su violín.
Cuando pienso en ti, mi amor, mi voz desafía al ruiseñor de helio
y a la fuente cristalina donde se ocultan los luceros que cuidaron a la luna
y me refugio en los besos que tus labios cincelaron con la fresa
y me voy tras la luna que bailando se aleja a su aposento de azabache
y saltando como un cervatillo enternecido por el río corro hacia tu casa
donde te hallo como a la rosa solitaria que se deshoja en pleno abril.
Del libro Alquimia del Amor de Efraín Gutiérrez Zambrano