Tempestad de vientos tocados en su locura
Y un mar arrollado por la furia
Abrazo apretado de la vida y el delirio
Y delante, la muerte como estandarte.
Horizonte rojo como la sangre
Que tiñe la playa
Ebria de dolor
La negrura de las nubes
Corona la tragedia
Y un grito atroz ensordece la tierra
Que sigue su marcha, sin pensar
No hay día ni noche, todo es igual
Las olas se llevan la esperanza
Y queda la desesperación
Las carnes desteñidas, agotadas,
Esperan señales,
Pero la espuma obstruye la garganta
Y los ojos se inyectan…
No hay tiempo, no hay tiempo