Aquella niña que de gloria pintó mis horas,
En el portal de la casa, ya no me espera…
Se ha acabó el cariño que con desvelo
Creciera entre flores y copos de algodón.
Echo de menos su presencia amorosa…
Aspirando en el aire su perfume, la extraño
Toca ahora vivir con la magia de su amor
Que ha dejado impreso, en todo de mí ser.
Princesa de un mundo encantado
En la plenitud de tu belleza me has amado,
Mis besos no eran promesas en tus labios
Eran juramentos de amor a ti consagrados.
Hoy la vida nos lleva por caminos diferentes
Pero el amor, atrapado se quedó en nosotros,
En los sueños a los que sus alas cortáramos
Pero hoy lejanos se van y ya no volverán
Delalma
Jueves, 20 de octubre de 2011