Con tu voz angelical
entonas nuestra canción,
y la melodía celestial,
dan bienvenida a mi amor.
Los luceros en su titilar
arrulla a tu corazón,
para que sigas cantando,
con esmero y con pasión.
Los ángeles adormecen
con el canturriar de tu voz,
y mis labios se humedecen,
con la savia de tu amor.
Canta jilguërito, canta
y entona nuestra canción,
que con mucha delicadeza,
llegaste a mi corazón.
Por: Manuel Palacios.