BELLA TARDE DE OTOÑO… RESURRECCIÓN DE ENSUEÑO
Batallones de blanco asemejan las nubes,
alineadas caminan suspendidas del suelo,
cargando en su interior manantiales de vida,
adornan con su faz el atractivo cielo.
En el azul inmenso el cual besa la tierra,
allá en el horizonte con el mar interpuesto,
se divisan centellas, resplandores coquetos/
miradas que del sol bruñen el firmamento.
La tarde en pasarela pinta paisajes bellos,
senderos de hojas secas se abrazan con el viento,
y forman girasoles/ espirales en vuelo,
ocres que del otoño hacen divino tiempo.
Y por una avenida de jardines selectos
cruzo intermitente como espíritu bueno,
las ramas me saludan, se escucha un vals de ensueño,
mientras árboles danzan balanceando su cuerpo.
La tarde te da paz/ si escuchas su silencio,
quiere decirte algo/ ser uno con tu aliento,
los ojos que se pierden en este azul concierto…
de música, de aves, de colores despiertos.
Del alma los sentidos toman un tono nuevo,
seducen los olores con caricias por dentro,
mi piel/ tierna envoltura/ se irisa en el momento
que siente que la luz la toca con sus dedos.
Esto es indescriptible lo que ahora en mí siento,
es un placer tan alto que explicarlo no puedo,
el alma se acurruca y se suelta en secreto,
formando así un Big Bang, una implosión de sueños.
Y de ellos sale calma, mi alma va al encuentro,
a un viaje hacia mi mismo, introvertido vuelo,
a explorar los caminos, a poblar los senderos…
de música y de magia, de resplandor y verso.
Hasta que salgo a flote como sale el renuevo
el cual abre la tierra impulsado a lo eterno
con hojas de esperanzas, raíces de deseos,
y eclosiono al estío, subiendo hacia los cielos.
Volando como el Fénix, surcando el firmamento,
aunado con la tarde, palpitando en el tiempo,
prendido de un cometa, en la cola del viento
y así reparto vida… a todo el que está muerto.