Afuera está cayendo una ceniza
de fuego consumido por tus dudas
haciéndome la vida tan oscura
y presto a caminar por la cornisa.
Yo tengo el corazón al pie del llanto
mi alma se colmó de hiel tan pura
que estoy entumecido hasta los brazos
veneno de injusticia es mi amargura.
No sé porque de engaños tu me acusas
si yo no te engañé ni con mis ojos
de amor estuve ciego en tu hermosura
abrochadito a ti como el abrojo.
No quiero yo el perdón de no haber hecho,
de lo que nunca hice ni en un sueño,
acongojado estoy, aquí en mi lecho,
mordiéndome los labios de te quiero.