Te conocí en Petén,
llevando agua en tinaja,
ceñida la falda y la faja,
sin saber quién era quien.
de la gente que a tu lado
reía mientras andabas,
botando a ratos el agua,
otras llevando el recado
Te arreglaste el peine y me viste
por el rabillo del ojo.
En mi corazón el antojo
fue hambre de pájaro y alpiste
incontrolable galope
que me amarró a tus pasos
deseando unos abrazos
o besarte, de tope a tope
Te detuviste al intento
para ver si te alcanzaba.
Tras de mi sonó una aldaba
y mi paso se hizo lento
pues apareció tu padre
en la puerta de tu casa
y dijo ¿qué es lo que pasa?
y me sentí descubierto
Del susto, casi saliste corriendo
yo me tropecé y caí de bruces
mi futuro suegro ya era mis cruces
premonición de lo que iría sintiendo.
Tu padre me ofreció una mano
y me levantó sin enojo
yo no veía del sonrojo
me sentía tonto y vano
Desde entonces es que te amo
y desde esa noche, desvelos
pasión, ternuras y celos
como mil flores en cien ramos
El tiempo me dio el tenerte
y ahora estás a mi lado
en Petén yo te he amado
y quererte fue mi suerte
Es ya un anciano mi suegro
cinco nietos ha ganado
sólo por yo haber tropezado
en tu vida y sin remedio
Peten ahora es gran ciudad
pero si sus piedras contaran
romances que contemplaran
reirían de verdad
Cobija, septiembre de 2001