Se retuercen los muebles llamándome a gritos, a gritos!, en aquella formidable y espantosa dimensión cristalina de tranquilidad cósmica. Una noche de piano y mate amargo va entrando por el silencio y la soledad bendita. Como quisiera yo dispersarme de repente a través de los cantos fugaces y fundirme para siempre, para siempre, con el aire que suspira mi desesperación ilarante. Adoro esa manera explosiva de las sensaciones emergentes ante el silencio, cada roce un orgasmo, cada noche una noche, repitiendo así la vida podré vivir en vida y morir en muerte como debiera ser. Lleno de minutos polvorientos me encuentro de rodillas ante la patria inherente, ante la existencia indispensable, ante los apasionantes lagos infinitos de la galaxia indómita... por siempre mio será el tiempo.
La cascada...
se detuvo
c o n g e l a d a
sobre mis manos grises. Restregando con fuerza los ropajes gastados del caminar invisible, gateando sobre los carbones iluminantes de la soledad revitalizadora avanza entre paisajes nubosos mi psicología marchita, mis ojos engrillados.
D E S C A N S A R H O Y P A R A V O L V E R mañana Desafiando la existencia, el tiempo. Descordinando la canción impuesta Desafinando la mente rígida. Desvirginando términos. Descascarando a gritos la galaxia entre poemas negros