He venido a tus pies, para postrarme,
cuando sé que no debo arrodillarme,
es más grande la flama que en mi pecho arde,
que la pena que siento al humillarme.
He tratado de olvidarte ¡tantas veces!
y he luchado por sacarte de mi mente.
Los errores los pago hoy, con creces,
no quiero sufrir eternamente.
Te esfumaste de mi vida... tan vilmente
y el motivo no lo tengo presente...
me di cuenta cuando ya estabas ausente,
que te perdía... inmisericordemente.
Si algún error, sin querer, he cometido,
dime ahora...o calla para siempre...
¡comprenderé qué el silencio es olvido!
y que ya me perdonaste... amor querido.
Felina