...Se fue el día, se fue la noche
y en mis sueños ningún derroche
Allí estabas tú
con esa mirada cristalina
con esa sonrisa divina
con una rosa y una sola espina
Me la brindaste con tus manos
haciendo una reverencia a mis pupilas
y me clavaste la espina
dejando mi piel en tonos lilas
¡Ay mi amor, cuánto dolor
sólo había una y todavía fue mía!
Me diste la rosa del lado equivocado
me enseñaste el mejor de los costados
y me ocultaste la tristeza
que había impregnada con certeza
En mis ojos dejaste una lágrima
cayendo desde los balcones con grima
borrando los colores grana de mi interior
dejando en mi alma dolor
¡Cuánto me hubiera gustado
no dejarte disgustado!
pero no me pidas que ahora te ame
sabiendo que existe un dolor al mirarte
¡Ay mi amor, cuánto dolor
sólo había una y todavía fue mía!