Si fuera música, cantaría todas las canciones que me inspiran la vida, si fuera poeta definiría en versos toda mi circunstancia y si fuera loca, qué de cosas yo haría!
Pero no soy nada de esto aunque siempre he querido ser, música, pintora, loca y una gran poetiza.
Por el contrario, soy un ser normal y corriente, pertenezco al común de la gente, periodista de vocación y profesión, escritora y una gran lectora, madre de todo un varón y de un ángel que mora en infinito cielo y abuela de tres botones de rosa, que han sido el renacer de la hija que un día le dio albergue mi vientre, que nunca amamanté porque no tuve tiempo....
Feliz sobreviviente de la fallida unión que tuve con un hombre que me juró y perjuró, promesas que solícito honró en un principio, hasta que sus varoniles hormonas lo a excitaron a buscar otros cuerpos y a besar otras bocas.
Tres mujeres confiables, afables, luchadoras han sido los pilares de mi a veces frágil armazón, brindándome consuelo y todo cuanto les he pedido, ellas son mis hermanas, hijas del mismo vientre.
Dos formidables personas juiciosas y experimentadas son otro par de hermanos que nunca me han fallado, que me lo han dado todo y mi impulso han frenado...
Cuento entre mis ancestros abuela centenaria, la que se nos marchó mucho tiempo después de sufrir el dolor de ver morir a cuatro de sus nueve retoños...fue rosa de los campos, batalladora, ejemplo de justicia y de conducta honesta, a quien tengo en mi mente y añoro su presencia....abuela sabia a pesar de que nunca aprendió a leer.
Por obra y gracia de un fatal accidente de carretera, mis padres se marcharon y nunca regresaron, el destino indicó que emprendieran el viaje hacia la eternidad cuando más los ansiaba y me dejaron huérfana de su risa y su aliento y en un cruel desamparo, que a diario intento y logro mitigar.
Nací hace ya muchos años en tierra ardiente, en una gran ciudad, a orillas del más precioso de los lagos, en sala de hospital. Incesante relámpago iluminó las noches de mi infancia y de mi juventud.... olor de tierra perfumó mis andares y manchas de petróleo ensuciaron mi cuerpo en mis baños de playa, un domingo cualquiera.
Festejé a la Chinita, a Mercedes y a Lucía, cuando sus señalados días no habían sido internacionalizados, cuando solo eran ventas de dulces y de chucherías...cuando no se montaban carruseles ni circos, ni ventas de licores, ni carteles de toros..
Estudié y me gradué en universidad, trabajé, tuve buenos amigos, conocí mucha gente, bailé, reí y lloré.
Viajé, rodé y tropecé muchas veces, aunque nunca con la misma piedra..caí y me levanté,unas veces con el ímpetu que siempre me acompaña, otras muchas con la ayuda de mis hermanos y hermanas.
Ahora vivo rodeada de montañas y nieblas, estoy tranquila, acariciando sueños, plasmando en mis escritos todos mis tiempos idos.... El gran Pablo Neruda inspira mis escritos, don Mario Benedetti, Sor Juana Inés, Nazoa y Miguel Otero Silva...
Honro a Cristo Jesús, sigo sus mandamientos y trato de acatarlos,amo a Simón Bolívar por su lucha incansable y deseo de justicia para el género humano.