"Agradezco una actitud sabia/ cuando haya una discordia,/ que no me olvides por rabia/ ni me ames por misericordia".
No me ames por piedad, no es lo que quiero,
no me ames por no dejar, no sería algo sincero,
ámame con lo mejor que llevas por dentro...
No me entregues tu amor como una migaja,
porque me parece una cosa que no encaja
cada vez que tú y yo tenemos un encuentro.
No me ames como si me hicieras un favor,
si voy a deberte no deseo que sea el amor
una entrega similar a lo que es un donativo.
Si has de amarme que sea por lo que soy,
por la paz, por la alegría que cada día te doy
y que nunca por Dios, sea la lástima el motivo.
No me des tu amor sólo por compensarme,
si desde el fondo de ti un sentir has de darme
quiero que sea espontáneo, porque te nace,
que sienta que es el tuyo un amor que crece
cada vez que con muchísima pasión te bese
y con toda la fuerza de mi corazón te abrace.
No me digas que sueñas conmigo si es mentira,
ni que escribir poemas mi existencia te inspira
porque desde hace tiempo no veo de ti un escrito,
tampoco deseo sentir que me amas en ocasiones,
ni que me pongas pues, para amarme condiciones,
porque todo amor debe ser ilimitado, infinito.
No me ames sólo porque te apena mi soledad
no quiero tu pena y tampoco tu solidaridad
o que me sonrías sólo porque hay que sonreír.
Ninguna de esas cosas te puedo ahora aceptar,
porque a mí no me enseñaron a amar por amar
y mucho menos sé lo que es vivir por vivir.
No me ames por piedad, es algo que te ruego,
no es el amor para mí como un simple juego
con reglas como tienen los juegos de niño.
Quiero que sea real, algo tangible, un hecho,
ver que cada día brota de tu alma, de tu pecho
la necesidad inaplazable de darme tu cariño.
Es ésa la única manera en que tu amor acepto,
que tenga en todo lo que signifique su concepto
la grandeza de un amor que se da porque sí.
Pero si es por piedad eso que vas a entregarme,
mejor entonces que ni te molestes en buscarme
porque nunca ha sido eso lo que esperaba de ti.